Este es otro texto publicado anteriormente, pero desaparecido por causa de un problema informático. Lo he podido recuperar y aquí lo teneis.
Hace unos meses me sorprendió agradablemente la iniciativa emprendida por Oier Bereziartúa, del espacio cultural Tabakalera de unas jornadas dedicadas al papel de los estímulos externos, en la creación artística.
Yo conocí a Oier a raiz de mis Cursos de Plantas Medicinales en la Fundación Cristina Enea, y estoy seguro que, desde su gran competencia, las jornadas de las que hablamos, serán del mayor alcance y riqueza didáctica.
Y aunque entonces, al estar centrado en otros asuntos, no pude abordar este tema como hubiese deseado, ahora sí es posible. La inspiración en el trabajo creativo y el papel de las ayudas en la misma, es algo que vivo desde hace casi cuarenta años, cuando empecé mis primeras tallas, dibujos y poemas.
Hasta 1985, la ayuda externa, inconsciente y generalizada, y para mi entorno de entonces, era el café. Trabajando en el Taller de Terapia Laboral de ASPACE, con la comida me tomaba cerca de medio litro de café de puchero, siempre bien azucarado. La labor con discapacitados era muy ansiógena, y nos exigía mantener las pilas creativas muy activas, ya que consistía en Terapia Ocupacional con pintura, dibujo, modelado, poesía, carpintería, etc.
Coffea spp. Café.
El combustible de gran parte de la humanidad
Con Reinaldo López, Xabier Laka y los demás compañeros del Taller de Aia, el estímulo externo para la Inspiración que cultivaban era el trabajo duro y sistemático. Aquella dinámica y disciplina fue muy esclarecedora y didáctica para mi trabajo. Estoy seguro de que ésta es la base fundamental para la creación artística.
Luego venía la noche, en la que invariablemente me acercaba a la Parte Vieja de San Sebastián para tomar el último café a eso de las doce, sobre todo en el Kai y en La Colchonería San Vicente. Solía reunirme a menudo con Manu Cristóbal, Loli Altolagirre, Jokin Diaz de Fortuny, Gerardo Arribas, Jon Belar, Rafa Ruiz Balerdi y su compañera Jacqueline, y otr@s. El café y la cerveza formaban parte del encuentro y de la charla. Además había suficiente cafeína creativa en nuestro interior, para añadir más calor a nuestras ideas, y más alerta en la escucha ( particularmente de Rafa, que era un verdadero gurú ). Me impresionó su testimonio sobre como aprendió en India a controlar sus crisis epilépticas trabajando con la mente.
Luego, a dormir...como un bendito. El café me estaba fastidiando la salud, pero no me quitaba el sueño. ¡ Cosas de la edad !
Aunque en aquel tiempo el hachís solía circular, de vez en cuando, en modo de canuto compartido, nunca lo he utilizado como ayuda para crear. Formaba parte de los rituales sociales de relación, y del juego de la noche. Nunca me ha interesado más allá que para esto en aquel periodo de adolescencia artística. Tuve una experiencia realmente psicodélica con Marihuana, y otra posterior con Harmala, pero sin continuidad. La verdad es que nunca he necesitado recurrir a ayudas químicas para crear.
Cannabinum sativum. Marihuana.
Siempre he preferido el amor y la naturaleza intensa, como catalizadores de mi inspiración. Y aunque no lo prefiero, en mi caso, aunque inevitables, el papel de las crisis como estimulantes de mi creatividad, es único.
Mi proceso de inspiración era muy intenso, incluso doloroso. Experimentaba una imperiosa necesidad de ponerme a trabajar de un modo concreto. Me sentía poseído por una fuerza-necesidad interna de plasmar algo, o acabar algo que pudiera estar todavía en proceso. Recuerdo una noche en que estaba cenando muy agradablemente con unos amigos y tuve que pedirle a uno de ellos, totalmente fuera de programa, que por favor me llevase al taller porque tenía que trabajar en un mural que estaba realizando.
Peganum harmala. Harmel.
Utilizada en el mundo árabe.
En 1985 hubo una maduración personal que me llevó no sólo a dejar el café, sino a emprender un modo de vida mucho más saludable. Es también en este momento cuando empiezo a practicar la meditación y técnicas orientales como el Katsugen Undo y el Seiki Soho. Al mismo tiempo, seguía haciendo escultura, cerámica, pintura y poesía.
A partir de este momento, en el que voy profundizando en el trabajo corporal hasta profesionalizarme y continúo con la práctica de la Meditación, el proceso creativo ha variado un poco. Por una parte, la meditación abre un espacio nuevo en el que es más fácil fluir internamente, permitiendo la manifestación de aquello que quiere salir a través de una expresión artística concreta.
Trabajando en el taller, años ochenta.
Recuerdo una anécdota relativa a los primeros tiempos del LSD en Norteamérica, con el boom del Movimiento contracultural. Ofrecieron a unos monjes budistas unas dosis de Acido Lisérgico de pureza original, quienes las tomaron. Tras la experiencia, explicaron que aquel ácido era muy bueno, pero que ellos no necesitaban tomarlo para experimentar " aquello ", porque tenían otros instrumentos ( meditación ) para elevar su conciencia.
Por ello puede ser de gran ayuda, sentarse a meditar antes de comenzar una actividad artística. También, la concentración más plena que sea posible en lo que estemos haciendo, facilita el proceso, haciendo que éste tome sus propias riendas y decisiones plásticas y técnicas. Es un vaciamiento consciente de la propia mente, voluntad y deseo- el ego -, para permitir que otro nivel, mucho más profundo y esencial, tome las riendas.
Niñas meditando
Por gentileza de Pixabay.com/es/
Por el paso del tiempo y por el entrenamiento de la mente, puedo activar, generalmente cuando lo deseo, un “ modo creativo “ de mi mente. Es como abrir una puerta...y ahí está. Percibo claramente un funcionamiento mental con otro ritmo y espacio, con otra onda. Y de ondas cerebrales tendríamos que hablar un poco para comprender mejor la dinámica creativa artística desde el punto de vista de la fisiología.
Las últimas y más rápidas ondas cerebrales descubiertas son las Gamma, de más de 40 ciclos por segundo, pero no voy a extenderme porque creo que se escapa de lo que nos interesa.
En la vigilia común las ondas predominantes de nuestro cerebro son las Beta, con una frecuencia de 14 a 35 ciclos por segundo. Es cuando estamos pensando, charlando o dando una conferencia.
Cuando descansamos tras un trabajo, damos un paseo, contemplamos una puesta de sol o un paisaje hermoso, o ejecutamos un ejercicio de relajación correctamente realizado, las ondas predominantes son las Alfa, de una frecuencia de entre 4 a 8 ciclos por segundo. Son las ondas de la Relajación. En este estado la imaginación se activa.
Es en el estado en el que predominan las ondas Theta, de entre 4 a 7,5 ciclos por segundo donde se manifiestan plenamente los estados de gran inspiración y creatividad. Corresponde a los niveles de meditación profunda, sueño ligero y fases R.E.M. Es el ámbito de lo subconsciente.
Las ondas Delta, 0,5 a 4 ciclos por segundo se dan en el sueño profundo sin sueños, y en la meditación muy profunda. Aquí nos encontramos en el reino de lo inconsciente ( colectivo ).
Por gentileza de luzarcoiris.com
El marco más adecuado para la visualización creativa es el del límite Alfa-Theta, 7 a 8 ciclos por segundo. En el proceso creativo se dan sobre todo en estados Alfa y Theta. Seguramente los artistas tenemos una mayor facilidad para movernos y mantenernos por estas zonas.
En todo caso, las actitudes, herramientas y acciones que contribuyan a un estado de mayor relajación psicocorporal y aquietamiento mental, van a ser de una gran ayuda para todo proceso creativo.
También las ayudas externas, desde los diversos estímulos químicos ( alcohol, café, cannabis, etc ), pueden facilitar el predominio de ondas cerebrales más lentas. Aquí nos encontramos con un interesante campo de investigación física y neurológica que podría aclarar más el papel de los estímulos externos en el hecho creativo.
Trabajando en el taller, 2015
Como Naturópata conozco plantas medicinales y otros recursos naturales que pueden facilitar el proceso creativo y estimular la inspiración. No ejercen el rápido, puntual y no exento de consecuencias efecto de un “tripi”, pero si establecen una base sólida y duradera en la estructura de la persona. Supone un abordaje armónico y natural que permite desarrollar la propia creatividad desde un estado más equilibrado, pleno y auténtico, coherente con la verdadera naturaleza que somos.
El Tantra es una poderosa herramienta inspiradora y creativa.
Por gentileza de La llave del Bienestar, lallave.me
Esto hace posible como resultado un proceso artístico muy terapeútico y enriquecedor, y una obra o plasmación, siempre bella por su sentido, significado y congruencia.
Tal vez en otro momento pueda ser interesante abordar el empleo de dichas ayudas externas naturales.
Mikel Benito