Durante este verano se puede contemplar hasta el cuatro de septiembre en el Paseo de la Zurriola de Donostia, frente a la playa de Gros, seis grandes esculturas en bronce del artista británico Henry Moore (1898-1987), uno de los grandes representantes del arte moderno y contemporáneo.
Moore fue un gran trabajador, un escultor dotado de una visceralidad artesanal, y marcado por una impronta humanista que impregna tanto su obra como su vida.
Supo arriesgarse en la búsqueda de la coherencia tanto temática como técnica con el tiempo histórico-social y estético que le tocó vivir. En este sentido, fue un hombre que no rehusó el compromiso.
Esta exposición, realmente una pequeña muestra respecto a la variedad de su obra, recoge trabajos a partir de 1960 y hasta 1982. Son grandes esculturas talladas en escayola o arcilla y vaciadas en bronce, todas ellas abstractas y con una gran presencia orgánica y que reflejan temas recurrentes en su obra como la maternidad, el cuerpo humano y los elementos naturales.
Hay dos de ellas figurativas, sobre todo "Figura reclinada"(1982), una auténtica belleza llena de energía y expresión y que responde a la temática tan querida por él de las figuras tendidas, y "Gran figura de pie: filo de cuchillo"(1976) menos antropomorfa dentro de la abstracción, que la anterior.
Otra, "Figura reclinada en dos piezas"(1960) a pesar del título, y a mi entender carente de antropomorfismo, tiene un interesante tratamiento de los vacíos. La "Pieza de bloqueo"(1963-64) me ha gustado mucho y me hace evocar el juego orgánico de la articulación de la rodilla, con las almohadillas meniscales incluídas. También me ha gustado mucho el "Óvalo con puntas"(1968-70). Me parece la pieza más "habitable" de todas, y creo que con su forma parecida a un Donuts un poco aplastado, está invitándonos a que nos subamos y juguemos con su volumen. Finalmente "Formas conectadas reclinadas"(1962) me parece una de las obras más abiertas a la sugerencia de todas las expuestas, vista como es aconsejable para toda escultura, girando en redondo para captarla en los detalles y en su globalidad.
Las obras se integran muy bien con el lugar de ubicación, un paseo marítimo muy frecuentado por paseantes, deportistas y usuarios de la playa, junto al Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal, los famosos "Cubos del Kursaal" (Rafael Moneo, 1999). Los organizadores pretendían establecer un diálogo de la obra de Moore con las esculturas de Oteiza y Chillida ubicadas en la continuidad de la misma línea de costa y a muy poca distancia. Sin embargo, se olvidaron incluir también a Néstor Basterretxea y , importantísimo referente de la escultura vasca y fiel amigo y compañero de Oteiza, y cuya monumental obra " La Paloma de la Paz ", se encuentra a poca distancia, justo al comienzo más oriental de la citada playa de La Zurriola.
También se han olvidado incluir a Jose Ramón Anda, prolífico escultor y antiguo profesor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, y autor de la escultura "Zearki"(1983) situada junto a la playa de Ondarreta, muy cerca de la obra monumental de Chillida.
De hecho, el donostiarra o visitante que no tenga problemas para caminar, podría recorrer sin interrupción y en ambos sentidos, los diversos paseos que comenzando junto a la obra de Basterretxea, continúan visitando la de Moore, luego la de Oteiza en el Paseo Nuevo, y poco antes del túnel del Antiguo visitar la escultura de Chillida dedicada al pintor Rafa Balerdi, para finalizar en la playa de Ondarreta donde está la escultura de Anda y el Peine del Viento de Chillida. Sería un saludable paseo estético y cultural recorriendo la geografía más bella de la ciudad más bella del mundo...ejem!..para muchos.
¡ A disfrutar!...Y con el video también...
Mikel Benito