En el Hospital Gipuzkoa y en el Hall del edificio Aranzazu he tenido la alegría de contemplar diversas obras de Arte que allí se encuentran expuestas.
La ubicación de esculturas, pinturas, fotografías, etc, en espacios sociales es algo muy valioso para la sociedad, y una oportunidad para el artista de que su obra sea conocida.
El hall del edicificio Aranzazu tiene desde hace bastante tiempo, varias obras en permanencia, una Andra Mari de Jorge Oteiza, otra escultura en madera de Gotzon Etxeberria, dos fotos de paisaje de gran formato y en este momento, una excelente exposición fotográfica de Jaione García.
Andra Mari, bronce donado por Jorge Oteiza al Hospital.
Esta maternidad es un modelo a escala reducida y en bronce de la Maternidad y el Hijo que preside el Friso de los Apóstoles en piedra en la Basílica de Aranzazu. Esta imponente obra, llena de dificultades de todo tipo y sobre todo administrativo-caciquiles, es, seguramente a nivel popular, la más conocida de toda su producción.
La Virgen María expresa conmovedoramente el desgarro indescriptible y el vaciamiento agónico por la muerte del Hijo. Para mí, es la protagonista de esta tragedia espiritual.
Jesús, a sus pies, es una masa implacablemente rendida e inerte pero con una presencia tal, que lo convierte en el Testigo imprescindible, en el Modelo de Paz y de Mansedumbre, en el Ejemplo coherente y sincero del difícil Camino al que invita desde la altura del muro del Friso.
Ambas figuras, aparentemente modeladas en arcilla o escayola y luego fundidas, han sido trabajadas con enérgica rapidez gestual, en la que el vacío, colmando las ausencias, se convierte en Presencia.
La obra, tanto aquí como en Aranzazu, colgada en medio del Muro, me sugiere la elevación como Camino. También me habla del escultor profundo y amorosamente espiritual, oculto tras el enfado y la polémica.
Y esto, en momentos de crisis como el actual, en el que hay una retracción de las compras privadas, ya habitualmente restringidas en lo que no sea arte de inversión, y de recortes en las instituciones públicas, es muy de agradecer.
Las dos fotografías de gran formato que se encuentran en el área permanente del Arte en el hall. Yo no he visto ninguna referencia del autor.
Estos dos paisajes, Mar y Montaña, son muy bellos y refrescantes. Creo que son muy positivos para contrarrestar el calor del agobio y de la preocupación de muchas personas, que pueden estar esperando una respuesta, diagnóstico o información importante de algún ser querido. Además hay varios asientos disponibles.
Como decía antes, en el hall hay durante todo noviembre,una excelente exposición fotográfica de Jaione García.
Como ella explica en la Hoja de Presentación, le gusta viajar y fotografiar edificios y detalles arquitectónicos. Aquí tiene fotos de diversos lugares del mundo. Yo, honestamente, no soy quien para hablar de técnica fotográfica. Pero sí puedo decir que estas fotos me han encantado. Son pura geometría de la geometría. Hace de la foto, la foto de una escultura. Es una mirada que sabe ver lo que muchos ojos no ven, y lo plasma. Me ha gustado mucho.
Aquí teneis algunas de sus fotos. Perdonad la mala calidad de las mías, flash, reflejos de las luces de la sala, mi imagen, ya que sólo pretendo que sean una reseña de lo que podeís ver. Animaros a verlas de verdad.
La presencia de estas obras en el lugar de mayor paso de trabajador@s y visitantes ayuda a dar ligereza a la comprensible pesadumbre y gravedad del lugar. También es una oportunidad de como decía el gran Oteiza, de contribuir a " la educación estética " de la sociedad. Aunque, por lo menos en este caso, y por el trepidante ritmo del flujo humano, convendría enseñar primero a las personas a caminar menos deprisa para caer más en la cuenta de estos regalos y poderse detener para deleitarse con ellos.
Esta es la escultura en madera de Gotzon Etxeberría "Elegía a la Vida" , año 2006.
Me gusta. Esta Madera tiene vida, calor y sentimiento. Las dos áreas, la tallada y lijada y la base o peana, constituyen una unidad, una continuidad, como la del día/noche, y esto es algo que a mi me "suena" personalmente. El acabado de la parte tallada me recuerda a los troncos de escollera, pulidos por las olas y por los golpes de las rocas, con ecos antropomorfos y orgánicos que me sugieren el batido de las vidas, nuestras vidas, en el mar encrespado y rugiente de la existencia.
Estas son obras que se encuentran en el interior del Hospital. En otra ocasión hablaremos un poco de algunas pocas que se encuentran en el exterior.
Mikel Benito