El espejo y la mirada, oportunidad de re-conocimiento.
¿ Quien soy ? ¿ Que soy ? ¿ Que es esto ? ¿ Quien se ha bebido mi café y no lo ha pagado ?
Estas son las preguntas esenciales que mueven el lápiz, el pincel, el cincel y las notas musicales de muchos artistas. Incluso, me atrevería a decir, que éstas son las preguntas que distinguen a un artista de un artesano, el cual no se las hace a menos que las tenga ya respondidas, y entonces es ya un artesano artista.
El arte es un espejo en el que el artista se asoma para verse desde lo más invisible e ignoto. Es como un hilo de Ariadna que puede seguir, descubriendo en un turismo del alma, paisajes, rincones, seres y dimensiones desconocidas qu están en un@ mism@.
La conjura de los necios en la que chapotea lo que llamamos realidad, relega al rincón de lo inexistente a todo aquello que no es pesable, medible, tocable, visible, audible, y definitivamente sensible.
Esta necedad, es la responsable de que ignoremos que, lo más importante y esencial de nuestro existir, permanezca en el secreto de lo oculto.
Este es el gran Secreto que todos compartimos en esta nave del dolor y del misterio.
Lo nuclear, lo esencial, lo fundamental...permanece oculto...
Y nosotros mientras, perdiendo el tiempo con los anuncios de esta teletonta que nos han vendido como Vida, en un mercadillo de mala muerte.
Por eso, un espejo roto puede ser una gran oportunidad, ya que al ver nuestra imágen fragmentada podemos comenzar a inquirir: ¿ Como ha sido posible ? ¿ Cuantos soy en uno ?
Y como una pregunta siempre trae una respuesta aunque sea como pregunta, la dinámica de indagación a partir de la imagen atomizada de un ego ante el espejo, sigue su recorrido en busca de esa ignorada, oculta, identidad que buscamos ... anhelamos en cada uno de los latidos de nuestro galopante corazón.
Todo es una oportunidad para ir más allá de nuestra imágen, en un espejo...tras un espejo...nosotr@s mism@s de Verdad, más allá de nosotr@s mism@s, aquí mismo, ahora mismo.
Mikel Benito