A lo largo de la historia de la humanidad y de la cultura, el concepto de “ Arte “ dentro de las diferentes culturas y civilizaciones no ha sido fijo, sino que ha cambiado en diferentes momentos.
Es en el siglo XX y en lo que llevamos del XXI cuando la amplitud del concepto “ Arte “ ha llegado a su mayor magnitud. Pero esta apertura, en general, no ha sido ni fácil ni fluida sino que han mediado tensiones y problemas desde los diferentes sectores de opinión e intereses de todo tipo: de mercado, gremiales e institucionales.
Yo mismo de joven y como escultor me comprometí en la reivindicación de la cerámica como Arte y no como artesanía, lugar en el que algunos se empecinaban en arrinconarla.
Recuerdo como en una ocasión, a raíz de una exposición en la que mostraba esculturas realizadas con ladrillos fundidos y semifundidos, el crítico de un importante diario guipuzcoano hablaba de obras realizadas con “cemento y argamasa “, comentario que me obligó a una respuesta contundente y reivindicadora del arte escultórico de los humildes ladrillos fundidos.
Mientras y mucho tiempo antes de este debate sobre el sexo artístico o artesanal de los ángeles cerámicos, se daba la paradoja de que en un país como Japón los viejos ceramistas tradicionales eran honrados con el honorífico título de “ Museos de Arte Viviente “. No podríamos esperar algo menos avanzado en un país tan rico en expresiones artísticas tanto tradicionales como vanguardistas, por ejemplo Noguchi, en aquel momento.
Así son las cosas en este entretenido jardín humano.
Aún hoy en día hay personas y grupos que cuestionan ciertas expresiones artísticas ( arte efímero, arte póvera, algunas instalaciones, acciones, expresionismos radicales, etc ) como verdadero arte.
Esto no debiera preocuparnos a aquellos que cultivamos también este tipo de expresiones o que las podemos manifestar en un momento dado. Ya que el Arte es uno de los pocos ámbitos de verdadera libertad que todavía nos quedan a las personas en esta “ realidad “ del Gran Hermano de la apisonadora uniformante: ¡ disfrutémosla ! ¡ ejerzámosla ! ¡ oh lala !
No podemos ni debemos condicionarnos por conceptos y opiniones que son impermanentes y efímeras. Por clasificaciones y criterios que la mayoría de las veces vienen determinados por razones de mercado, moda y utilidad a distintos niveles. Estos conceptos y criterios van y vienen, pero la experiencia y su fruto ( la obra, la acción y hasta la destrucción ) perviven.
Es sano para el artista recordar la experiencia y el proceso interno y externo de realización de la obra, de su trabajo y disfrute, de su dolor parturiento cuando ha existido o de la dicha sublime de la realización que muchas veces experimentamos.
Creo que esto es lo importante.
Y para cerrar este post quisiera aportar la reflexión que durante toda mi vida me ha acompañado respecto a las cuestiones de ¿ Que es Arte ?¿ Quien es Artista ?
Está claro que muchas formas, objetos, acciones, procesos y expresiones son Arte y también que hay infinitos modos de ser artista. Esto es algo que he podido comprobar en mi experiencia didáctica. Que todo tipo de personas, de todos los sexos, de todas las edades, y de todos los niveles culturales y sociales pueden crear y expresarse artísticamente si les brindamos los medios y las técnicas adecuadas. Y que esta expresión puede transformar en mayor o menor grado a quien la realiza, según sea la consciencia y la profundidad de su proceso.
Y respecto a qué es Arte para mí, diría que sobre todo es un particular modo de vivir, el reflejo y la expresión de la transformación obrada por el trabajo creativo. Una transformación para la vida. Un Arte para la vida, para vivir de un modo diferente, vivir conscientemente, gozosamente, generosamente, luminosamente... Un modo de vivir con Arte.
Mikel Benito