Hago memoria
me dejo llevar
por el caudal de su impulso
por la sonrisa y el dolor
de la sabiduría acumulada
a golpes de sangre
a cotidianos golpes de creación
necesaria
para no acabar engullido
en el caos de lo innombrable
en la bruma de explicaciones demasiado elocuentes
en una razón
demasiado cuerda
Hago memoria
trazo surcos en mis manos encallecidas
y me digo que no hay tantos
como días en que creí amar
ni tanto amor como ilusiones alimentadas
desde mi propio alumbramiento
ni tantos enterramientos
realizados
con mis propias manos
se con certeza
que algunos muertos laten todavía
en sus tumbas
Rostros
facciones geográficas que descubrí
con el tacto
de mis dedos
miradas que sostuvieron levemente
un mismo fondo
ahora intrascendente
aunque poéticamente
didáctico
y
hasta
valioso
1986